El desarrollo urbano es fundamental para el bienestar de los individuos. En Chile, sin embargo, a menudo las políticas públicas urbanas han sido diseñadas de acuerdo con criterios arbitrarios y omitiendo hechos relevantes. En parte, ello se debe a que la evidencia empírica no está disponible en un formato sistematizado. Este trabajo tiene tres objetivos: documentar algunos de los patrones principales de desarrollo urbano de la ciudad de Santiago en la última década, analizar los distintos factores que incidieron en estas tendencias y, finalmente, discutir las perspectivas futuras y lecciones de política pública que de ellos se derivan. Una conclusión fundamental es que la evolución que siga Santiago durante las próximas décadas no dependerá inexorablemente de fuerzas externas; esta evolución, si bien está naturalmente condicionada por el mercado, dependerá también de qué haga y qué deje de hacer la autoridad. Y como las alternativas posibles son variadas y las preferencias y necesidades ciudadanas diversas, la autoridad debe intentar identificar y medir los costos y beneficios sociales respectivos. Con todo, durante las próximas décadas el progreso económico exacerbará los actuales desafíos, relacionados entre otros con la congestión y la mayor demanda por vivienda y espacios públicos. Así, la capacidad para asumir esos retos estará directamente influida, entre otros, por decisiones de inversión pública, la planificación y el tipo de gobernanza metropolitana que tengamos.